Es más fácil peinar a Condoleezza Rice que hacer una Reclamación

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    Sí, sí, como lo oyen. Si creían que lo más difícil en este Caos que llamamos Sociedad era pasarle el aquaplast y el barniz capilar a la Sra. Rice, con la quimera de feminizarla, se equivocan.

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    Existe algo mucho, pero que mucho más complejo.

    Y desesperante: reclamar a una Gran Compañía.

    Que no se alarmen los religiosos, no me refiero a ningún tipo de confesión. Tampoco hablaré de divorcios ni amantes, aunque ya encontraremos el momento.

    Resulta que tengo un amigo al que le ha sucedido de todo al respecto. Aunque a él su periplo no le hace tanta gracia, a mí me parece carne de best seller.

    Vamos, ni Kafka hubiera imaginado un Proceso tan adaptado al momento actual (¡Si lo pilla Guillermo del Toro!). Sin embargo, a mi amigo, defensor de las causas perdidas, le recuerda más a las Doce Pruebas de Astérix.

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    Servidor le recomendó que anotara todo lo que le ha ido sucediendo, y le ha salido un escrito de tropecientas páginas. 

 

    Es una lástima no poderlo transcribir entero, porque aparece de todo: pasión, violencia, impotencia, seguratas…

    Si no fuera porque la oficina está en el centro de la ciudad y no en la montaña, sería la perfecta adaptación de “Empresas Borrascosas”.

    Aunando mi afán didáctico con el chismoso, y no queriendo desperdiciar momentos estelares del surrealismo, les mostraré algunos detalles.

    Tengan en cuenta, por favor, que mi amigo es Tauro (no hace falta que diga más, ¿verdad?). El nombre de la Empresa no lo recuerdo, pero era algo así como “Esa, tenga Fe en Esa”.

    Ahí va (preparen los ansiolíticos):

–    en julio a mi amigo le cortan un suministro por error. En realidad debían cortar el suministro de su vecina por impago

–    tras llamar innumerables veces, se lo consiguen reinstaurar, pero, por supuesto, ya no cortan el suministro de la vecina

–    mi amigo intenta hacer una reclamación por daños y perjuicios (y aquí viene lo bueno, pues sumad los meses que lleva de gestiones)

–    empieza un periplo de llamadas, informes, intento de registro…   

    *    en un mismo día le pueden llegar a decir telefónicamente que:

        –    su caso se redireccionó
        –    su caso se perdió
        –    su caso está en peritaje
        –    su caso no está en peritaje
        –    pregunte a atención al cliente porqué su caso no está en peritaje
        –    hable con peritaje y dígales que desde atención al cliente no podemos actuar
        –    no existen datos de él como cliente
        –    en seis días le llamarán (han pasado 6 meses)
        –    se pondrá en contacto con él un perito
        –    no toque nada hasta que hable con el perito
        –    su reclamación se ha enviado por error a otros departamentos
        –    tienen prohibido pasar llamadas a la jefa de Atención al Cliente
        –    debe escribir una carta

    A todo esto, por supuesto, es un teléfono 902, que no siempre responde, y otras, sencillamente, se corta.

–    Él, ni corto ni perezoso, hace no un escrito, sino varios escritos,    

    *    pero al ir a entregarlos en el Registro:

        –    no tienen grapadoras ni grapas y no pueden unir los folios presentados
        –    el horario de registro es muy rígido y si tarda más en solucionarlo, cierran
        –    no le pueden hacer copias de lo entrado en Registro(¿!) y lo envían a Seguridad(¿!)
        –    Seguridad se enfada porque ahí no hay fotocopiadora y le dice que se queje en Registro
        –    En Registro le confirman que sí tienen herramientas, pero no pueden hacer copias
        –    Ningún departamento de la Empresa está autorizado
        –    Le envían a un Bazar de Chinos cercano que sí tiene fotocopiadora

    Pues bien, aunque parezca mentira, seis meses más tarde, consiguió entrar por registro los documentos, pero como la cosa todavía no está resuelta, cuando lo esté, yo les informo.

    ¡Reclamar se está poniendo más difícil que entrar a un país considerado Superpotencia teniendo un origen hispaniforme!.
    Al menos aquí, en USA, después de varios interrogatorios, a veces te dejan pasar.

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    En fin, les dejo que tengo que preparar una clase para la Universidad, que a fin de cuentas también es más fácil. Y más agradecido.

    Sean muy felices, y si tienen que reclamar… ¡recen pero no desistan!

 

 

 

       

6 comentarios en “Es más fácil peinar a Condoleezza Rice que hacer una Reclamación”

  1. hahahaha. me ha gustado mucho! aunque pobre Condo! ella tampoco lo tiene fácil. esto… un poco exagerado tu amigo, no? suerte!

  2. Under the Form A485v.2.00

    Todo lo que le ha pasado a tu amigo me parece tétrico y peripatético (olé, pareado!). Cómo se puede ser tan cutre? Da risa si no fuera que todos sufrimos tanta incompetencia.
    Ay, Condoleeza! Hija, quién te manda meterte en tanto «fregao»?

  3. Querid@s acompañantes. De nuevo la Realidad supera a la Ficción. Lo relatado, por desgracia… es cierto! Desde aquí lo digo: hay que hacer un manual para saber reclamar! Y… sí, menuda impotencia. Lo malo es que ésta no la palia Viagra. Besos y gracias por estar ahí!

  4. LaMalaGarcía

    Deberíamos reclamar mucho más! es una vergüenza y nos toman por tont@s! yo estoy hasta la mismísima matriz con el tema del «Canal Pluf». esto es la guerra! a mí el tema me está convirtiendo en una perra del mal. la próxima vez que me abandone el desodorante, lo reclamo. ánimos a tu amigo. no está solo!

  5. el amigo del Autor

    Muchas gracias por vuestro apoyo. Lo puedo sentir en lo más hondo de mi ser ;). Debo decir que parece que ya se ve la luz al final del túnel. La lucha sigue! besos a todo el mundo 🙂

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